A la hora de maquetar un libro y que este queda perfecto hay varios elementos que hay que tener en cuenta. En este sentido, la portadilla de un libro puede marcar la diferencia cuando se busca dar una buena primera impresión. El problema, sin embargo, es que este detalle se suele pasar por alto. Para crear una buena portadilla que cumpla su función, existen algunos consejos que debes tener en cuenta.
Qué es la portadilla o anteportada de un libro
Si te preguntas cuál es la portadilla de un libro, también conocida como anteportada, es la primera página que aparece impresa en el mismo. Es decir, la que se sitúa antes de la portada. En su interior suele aparecer tan solo el título y es un recurso empleado, sobre todo, en novelas, libros clásicos o en obras de poesía.
Un problema que suele suceder con este elemento es que se confunde con la portada. Por ello, es crucial conocer la diferencia entre portada y portadilla para no equivocarte en su impresión. La primera es la página principal, donde aparecen el título completo con el nombre del autor y, a veces, información como la editorial. La segunda, por su parte, tan solo contiene el título, convirtiéndose en una sencilla y elegante introducción a la información completa.
La importancia de la portadilla en la publicación
La anteportada o portadilla tiene varias funciones que le otorgan gran importancia en la publicación. En primer lugar, se trata de una presentación preliminar para que el lector tenga una primera toma de contacto con el título del libro antes de ver la portada.
Por otro lado, también es una buena forma de estructurar el contenido, sobre todo en títulos que forman parte de una serie o colección. Asimismo, el contar con una portadilla le otorga un punto elegante y profesional a la obra, sirviendo como transición hacia el resto del contenido.
Consejos para crear la portadilla de un libro
Ahora que sabes la importancia de crear una portadilla de un libro, es el momento de conocer los consejos adecuados para crearla con estilo:
La importancia de lo simple
Elige un diseño claro que comunique el título de la obra de manera directa y sencilla de conocer el resto. Para ello, evita usar demasiados elementos, algo que puede resultar confuso. Además, es importante hacer un buen uso del espacio en blanco para que el diseño sea claro, así como jugar con el contraste y la simetría para garantizar la armonía.
Tipografía y colores
Para conseguir una portadilla efectiva, opta por una tipografía y color adaptados al género de la obra. Además, debes asegurarte de que el título se lea bien. También es importante no usar demasiadas fuentes, sino combinar una o dos para mantener en todo momento la coherencia.
Garantiza la calidad
La calidad técnica es otro de los puntos más importantes. Recuerda que las imágenes deben contar con una resolución mínima de 300 PPP y asegúrate de elegir los formatos adecuados.
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