Se suele decir que todos tenemos una (o muchas) historias dentro que están deseando salir y mostrarse al público lector. Sin embargo, escribir una novela o un libro de relatos no es tan sencillo como sentarse ante la página en blanco y dejar fluir lo que surja. El escritor debe tener en cuenta una serie de elementos narrativos que hacen que una historia se convierta en un artefacto literario capaz de enganchar a los lectores al salir de nuestra imprenta.
Estos elementos narrativos están presentes en todos los manuscritos que convertimos en objetos físicos tras un proceso de revisión del libro a imprimir. ¿Cuáles son? Te contamos qué elementos de la narración no debes dejar de cuidar al afrontar cualquier proyecto de escritura.
Qué son los elementos narrativos
La escritura es un arte y un oficio. Esto quiere decir que existen herramientas que, a lo largo de los siglos, han demostrado su eficacia a la hora de hacer que los textos funcionen.
Desde el punto de vista de la teoría literaria, los elementos de la narración son esos recursos que permiten que cualquier persona que se acerque a la propuesta identifique unos patrones que lo convierten en un texto narrativo y lo diferencian de un ensayo, una tesis doctoral o un poema.
Obviamente, estos elementos de la obra narrativa han evolucionado y mutado a lo largo de los años. Tanto es así que hoy muchos autores ‘transgreden’ las normas para utilizar estos elementos narrativos de modos muy originales. Pero también para ello conviene conocerlos a detalle.
Cuáles son los elementos del texto narrativo
¿Cuáles son los elementos del texto narrativo? De manera muy genérica podemos hablar de un total de cinco claves que, de algún modo, responden a las famosas «5W» del periodismo: «quién, qué, cuándo, dónde y por qué… aunque con matices.»
Narrador
El narrador es la figura sobre la que se sostiene todo el peso y la estructura de la narrativa. Se encarga de presentar a los personajes, hacer avanzar los hechos e incluso dar opiniones para responder a ese por qué del que hablamos.
El narrador puede formar parte de lo que se está contando como un personaje más o situarse completamente fuera del relato. Y, por supuesto, tiene una voz concreta que hay que cuidar en todo momento.
Personajes
Existe una grandísima tipología de personajes –e incluso ha habido intentos de hacer textos narrativos sin ellos–, por lo que es difícil resumir su naturaleza y función en un solo párrafo.
En general, están involucrados en los hechos, hacen avanzar la acción y pueden ser reales o ficticios. Por lo general, siempre habrá protagonistas, secundarios y antagonistas, que interaccionarán constantemente a lo largo de la narración.
Acción
Otro de los elementos narrativos indispensables es el de la acción: en una novela o un relato tiene que pasar algo, partir de un punto a para llegar a un punto B.
La acción es lo que verdaderamente da origen a la narración, justifica que algo se haya tenido que contar, es lo que se conoce como trama o argumento.
Tiempo
La acción se sitúa en un momento concreto del tiempo. Obviamente, este elemento narrativo es muy plástico y se puede usar de muchas maneras: existen relatos completamente cronológicos, otros donde hay saltos en el tiempo, etc.
Lo importante, y lo que recomendamos a quienes imprimen sus historias con nosotros, es no dejar ningún cabo suelto en cuanto al tiempo de la historia para que todo sea congruente.
Espacio
El espacio es, dentro de los elementos narrativos, lo que más juego permite: se puede ser completamente preciso al narrar el lugar donde ocurren los hechos o simplemente dar unas pistas vagas.
Sin embargo, de nuevo estas elecciones responden a una reflexión profunda por parte del autor sobre lo que quiere hacer con su texto, qué ambiente quiere generar y cómo desea ayudar al lector a avanzar a lo largo de los hechos junto con los personajes.
Con todo este conocimiento sobre el texto narrativo y sus elementos, el relato o novela está un paso más cerca de convertirse en una verdadera obra de arte que cautive a cientos de lectores en cuanto nosotros te ayudemos a convertirla en un libro físico.