La mayoría de libros que consumes se venden con encuadernación fresada, que a su vez puede ser de diferentes tipos. Son ejemplares de aspecto sencillo, pero que duran años en perfecto estado y resisten el uso continuado al que se someten obras de consulta y ejemplares que se encuentren en bibliotecas.
Por otro lado, el fresado es una opción económica, ideal para pequeños escritores que optan por la autopublicación. Si buscas imprimir tu libro y no tienes claro con qué encuadernación, no dejes de considerar la opción del fresado.
Qué es la encuadernación fresada
La encuadernación fresada es la más habitual hoy en día en la mayoría de libros porque permite unos costes reducidos, que repercuten en el precio final, sin comprometer la durabilidad de la obra.
Tuvo su auge en el siglo XIX y su nombre explica cómo se lleva a cabo. El fresado consiste en lijar una serie de pliegos de hojas contra un adhesivo que, de paso, va a permitir que se unan los pliegos entre sí y contra la cubierta.
Cuáles son las características de la encuadernación fresada
Cuando hablamos de encuadernación fresada podemos referirnos a más de un tipo, como la tradicional y la cosida. La mayoría de fresados se realizan con encuadernaciones rústicas, es decir, con tapa blanda de cartón o similar (puede tener una cubierta plástica para protegerlo de la humedad).
Por otro lado, en el caso de la encuadernación fresada siempre se emplea un adhesivo o cola, siendo este material el que determine el resultado en cuanto a la resistencia al uso de los libros. Nosotros recomendamos utilizar cola PUR. La cola PUR permite el trabajo con encuadernadoras automáticas de una mordaza, lo que se traduce en un acabado más limpio del ejemplar una vez encuadernado.
Por supuesto, también se puede realizar encuadernación fresada de modo artesanal, aunque no es una opción viable cuando necesitas tener un número de copias, pongamos 50, listas en pocos días. La automatización en este paso permite reducir costes, que puedes destinar a mejores materiales o a la promoción de tu obra.
Encuadernación fresada y cosida: diferencias
En la encuadernación rústica fresada o grecada se pegan las hojas directamente, agrupadas en pliegos, a la cubierta, por lo general de cartón o un material similar.
Cuando estos pliegues de hojas incluyen una o más costuras con hilo antes de pegarse, hablamos de encuadernación fresada rústica cosida y existe una forma adicional de encuadernación en la que el cosido atraviesa las cubiertas y se prescinde el uso de cola.
Las encuadernaciones fresadas ofrecen la mayor durabilidad a obras de 50 páginas en adelante. Cuando el volumen de hojas es muy elevado, a partir de 500, conviene pasar de la modalidad de fresado rústica y elegir una encuadernación fresada cosida o la encuadernación en tapa dura. Si tienes dudas sobre qué tipo de encuadernación es mejor para tu libro, puedes contactarnos y te asesoraremos con gusto
La encuadernación cosida no fresada se limita a ejemplares para coleccionistas y obras que no van a ser muy consultadas, pues se trata de ejemplares poco resistentes al uso.
Por qué usar este tipo de encuadernación para tus libros
La encuadernación fresada se adapta bien a las necesidades de la mayoría de libros que solemos imprimir y, si te fijas, es común en los que seguramente compras. Cuando se combina esta técnica de encuadernación con la cola PUR, tenemos las siguientes ventajas:
- Coste razonable, capaz de asegurar una larga vida útil. La cola PUR resiste mejor las pequeñas tracciones causadas por el uso normal del libro, por ejemplo, al ir pasando las páginas.
- La cola PUR permite trabajar con pliegos de más páginas y reducir la cantidad final de adhesivo a utilizar, por lo que es más sostenible desde el punto de vista ecológico que otras colas.
- La encuadernación con fresado suele acompañarse de portadas en tapa blanda, perfectas para el formato de bolsillo, que a su vez está muy indicado si deseas autopublicar poemarios o noveles de extensión media.
El fresado es una técnica de encuadernación que se extendió en el siglo XIX y se ha mantenido hasta nuestros días, introduciendo mejoras en los materiales adhesivos utilizados y, en ocasiones, permitiendo la automatización del proceso.
Un libro con encuadernación fresada es una obra impresa para durar, aunque se consulte a menudo, pero sin necesidad de pagar un coste elevado que pueda hacer descender las ventas.