Si eres escritor o has entregado algún trabajo universitario con exigencias relativas a la maquetación, sabrás qué es la sangría en un texto. Eso que cuando lo movemos, a veces nos descoloca todo el documento, sí.
Bromas aparte, la sangría cumple una función en cualquier texto medianamente formal y, por supuesto, en los libros. Esto se aplica tanto al formato físico como al digital.
Qué es la sangría y cuándo se aplica
Cuando en la escuela insistían en la caligrafía, también nos inculcaban normas de estilo como el uso de la sangría. Eran, en muchos casos, tiempos en los que las cartas solían redactarse a mano, por lo que no estaba de más inculcar a los pequeños la necesidad de dejar un espacio al inicio de cada párrafo, para facilitar la lectura.
Al cursar estudios superiores, podrías verte sorprendido por la normativa APA, que regula entre otras muchas cosas cuánto debe medir cada sangría. Por eso, quienes están acostumbrados a redactar artículos para revistas especializadas conocen bien el uso de los diferentes tipos de sangría según la lengua en la que se expresen.
En español, la RAE es categórica sobre cuándo se usa la sangría: “la sangría se aplica en la primera línea de cada uno de los párrafos de un texto, también en el primero. No obstante, puede omitirse si tras cada párrafo se inserta una línea en blanco que lo separa del siguiente”.
Pero ¿qué sucede con los libros no académicos? Estos permiten cierto margen de maniobra, que puedes aprovechar para reducir algo el número de páginas necesarias para cada ejemplar o, por el contrario, ofrecer una lectura ágil a ciertos lectores, como el público infantil. Lo que está claro es que los textos con sangría son una necesidad visual, de estilo y editorial.
Cómo hacer sangría en un texto
En realidad, no existe un único tipo de sangría, sino varios:
- Sangría izquierda: todo el párrafo tiene un espacio a la izquierda. Se utiliza, por ejemplo, para citas.
- Sangría derecha: todo el párrafo tiene un espacio a la derecha.
- Sangría en la primera línea: es la separación que se deja al inicio de la primera línea del párrafo y sirve para que el lector pueda encontrar con facilidad el principio de cada párrafo. No siempre coincide con la sangría izquierda del resto de párrafos.
- Sangría francesa o sangría de segunda línea: todas las líneas se desplazan a la derecha excepto la primera. Es típica en enumeraciones.
Hoy en día, los manuscritos deben entregarse junto con una copia en formato digital, por lo que necesitas utilizar un programa editor y saber, cómo no, qué es una sangría en un texto. Por defecto, hablaremos de Word, pues otros programas tienen alguna opción similar y este es el más extendido.
Word te permite personalizar la sangría en los textos, cosa que es buena y mala a la vez. Puedes utilizar una plantilla por defecto, aunque lo más habitual es que debas indicarle tú qué sangría prefieres. Si las marcas con el ratón, pues no serán las oficiales.
En su lugar, para fijar el valor de la sangría de primera línea debes navegar por el menú, buscar el apartado “sangría y espacios”, entrar para dar con la sangría de primer párrafo En y marcar 1.27 o 1,27, dependiendo de cómo esté configurada tu versión. Con los otros tipos de sangría debes proceder de manera similar.
Si optas por la autoedición de tus obras, cada paso que puedas dar por ti mismo en lugar de contratar a un profesional cuenta. Por ello, es mejor que aprendas qué es la sangría en un texto, en qué se diferencia del interlineado y cómo aplicar lo mínimo para que un libro sea usable en términos de legibilidad.
La maquetación de un libro parece sencilla desde fuera, aunque tiene sus secretos. Algunos libros permiten una maquetación básica, donde manejas sangrías, alineación, interlineado y poco más. Cuando tu obra incluye imágenes o ilustraciones, la cosa se complica. Si los diferentes tipos de sangría te abruman o temes no saber maquetar tu propio libro, puedes delegar esa tarea en nosotros o pedirnos presupuesto sin compromiso.