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La saga de Harry Potter, la increíble narrativa de El señor de los anillos o el fantástico universo de Canción de hielo y fuego son solo tres grandes ejemplos de cómo una ficción literaria trasciende la mera historia y es capaz de crear un mundo de fantasía completamente único. A esto se le conoce como worldbuilding.

Esta labor es uno de los retos más complejos para los escritores, ya que deben ser capaces de crear un entorno en el que todo tiene sentido, con sus propias normas, historias, dioses y razas… Un auténtico trabajo de ingeniería narrativa que marca la diferencia entre cualquier autor y los verdaderos genios del género.

Esta herramienta de building world es un objetivo al que muchos autores amateurs y profesionales aspiran. De hecho, son cada vez más los escritores y escritoras que llegan a nuestra empresa para imprimir la que será la primera historia de una serie inspirada en el mismo universo.

Qué es el worldbuilding

Ya ha quedado claro qué es el worldbuilding a grandes rasgos, pero se puede profundizar más. Con el paso del tiempo y la evolución del género fantasía, se han establecido una serie de parámetros que permiten definir en qué consiste exactamente este recurso, y cómo conseguir el objetivo de construir un mundo propio dentro del marco de creación de una novela.

El worldbuilding no es solo una ambientación para una historia, sino que va un paso más allá. Aunque cualquier narración está inmersa en un universo ficcional, esta técnica está más vinculada al mundo de la ciencia ficción y la fantasía.

Es en estos libros donde la narrativa se desvía mucho más del mundo real y aparecen personajes mágicos, seres extraterrestres, objetos con vida propia… Toda una mitología compleja que el autor debe tener en cuenta a lo largo de la escritura.

Porque, eso sí, la posibilidad de crear normas, reglas, historias o personajes es infinita, pero una vez que se han establecido hay que seguirlos para que el pacto ficcional siga siendo posible para el lector.

Dicho de otro modo, si en el mundo de fantasía que se ha generado las personas no vuelan, para el lector no tendrá ningún sentido que de pronto y sin justificación alguna el protagonista comience a hacerlo en un punto concreto de la historia.

Cómo crear tu propio mundo ficticio para un libro

Aunque hay muchas y muy variadas fórmulas a la hora de afrontar este reto, estos son algunos consejos principales que siguen los maestros del género:

  • Construir hasta aquello de lo que no se escribe: no importa que la novela se desarrolle solo en un momento presente. Como autor, tú tendrás que tener una idea del pasado de ese mundo, de su cosmología, de la forma en que se originó y cuáles son las leyes físicas y científicas que lo sustentan.
  • Genera un espacio geográfico: también hay que pensar en la geografía del mundo imaginario. ¿Es solo un planeta? ¿Hay montañas y mares? ¿Desierto? ¿El clima cambia? ¿Hay agua? De esta manera, se ofrecerá un mayor realismo a la hora de describir los escenarios.
  • Cultura y sociedad: del mismo modo hay que trabajar al milímetro todos los aspectos sociales y culturales de los personajes. Se podrán determinar estamentos, modos de gobierno, conflictos históricos… Cualquier cosa que pueda ser necesaria para el trasfondo de la historia.

Con estas pequeñas claves, ya se pueden dar los primeros pasos en el worldbuilding y construir un marco absolutamente atrayente para narrar una historia llena de aventuras, sorpresas, giros de guion y, sobre todo, buena literatura.

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