Si eres un escritor que se autopublica, vas a tener que encargarte de una serie de cuestiones, como el diseño editorial, o delegar en un profesional. Para que esta decisión sea meditada, y también porque deseamos que tu obra sea un éxito, vamos a ver qué es, cuáles son sus elementos principales y por qué no debes descuidarlo.
Qué es el diseño editorial
El diseño editorial es una rama o especialidad centrada en la creación y publicación de libros, revistas o cualquier otro material editorial. En general, se encarga de la arquitectura y la gráfica de cualquier tipo de publicación editorial, en tu caso de libros. No se limita a la portada, ni mucho menos.
Elementos del diseño editorial
- Elementos gráficos. Son los primeros que se te pueden haber venido a la mente, aunque resultan prescindibles en algunos libros. Nos referimos a tablas, ilustraciones y diagramas que aporten valor más allá del estímulo visual.
- Formato. Estudia la forma y el tamaño del papel, en el caso de los libros físicos, y de la pantalla, si hablamos de libros digitales. Para acertar con el formato en obras impresas en papel, es necesaria cierta experiencia en artes gráficas.
- Retícula. Conjunto de líneas y guías en las que se sitúan los elementos del contenido. Piensa en la retícula como en una estantería donde colocas libros en función de tus preferencias, pero buscando la eficacia a la hora de realizar una búsqueda, o como en el boceto de un dibujo artístico, que ayuda a equilibrar la composición del texto en la página.
- Tipografía. No todo se limita al tamaño, pues la selección de una tipografía u otra puede variar la forma en que percibimos un texto, al evocar sentimientos diferentes. Para explicar este elemento del diseño editorial utilizaremos ejemplos de textos de una línea con un mensaje del tipo “no me olvido de ti”. Imagina cómo te sentirías al leer esto con una tipografía de prensa, qué cambiaría si esta fuera manuscrita y con inspiración vintage y, por último, piensa en una fuente angulosa y un trazo irregular, en rojo.
- El color. En el último ejemplo de las notas hemos introducido un elemento muy importante: el color. También transmite emociones y afecta a la legibilidad del texto.
Importancia del diseño editorial para la publicación de un libro
Una de las funciones principales del diseño editorial es lograr captar la atención, primero, y el interés, a continuación, de los lectores, reflejando la esencia o la personalidad de tu contenido.
Dicho de otro modo, el diseño editorial busca atraer a lectores que pueden estar interesados en tu libro y confirmarles que se encuentran ante algo de su agrado. Para lograr este segundo objetivo, no bastan una portada colorida o una encuadernación determinada. Entran en juego todos los elementos, y si no, imaginemos el caso.
Pongamos como ejemplo un diseño editorial para una obra orientada a un público adolescente. Es evidente que la tipografía debe permitir una lectura cómoda y será más grande que la de una obra dirigida a personas con un grado universitario o un doctorado, dado que estas últimas tienen la vista acostumbrada a leer formatos apilados, donde se aprovecha al máximo en papel. Imagina que tienes una obra candidata a best seller entre los jóvenes, pero la publicas con esta tipografía muy pequeña, sin cuidar el equilibrio óptico. No va a ser un éxito de ventas, te lo garantizamos.
Esto nos lleva al otro punto vital del diseño editorial de libros: hacer la lectura cómoda. Lo que entendemos por lectura cómoda varía mucho dependiendo de la edad, del estado de la vista, de si necesitamos o no utilizar lentes con tipografías pequeñas y de cómo es este diseño en los libros que solemos consumir por placer.
Buscamos que la obra, una vez comenzada, enganche y no la dejemos de lado porque nos canse la vista. Incluiremos ilustraciones cuando sean necesarias, sobre todo si así satisfacemos las preferencias del lector al que nos dirigimos.
El diseño editorial es mucho más que cómo se ve la portada de un libro. Es lo que permite conectar con los lectores al primer vistazo y les invita a continuar la lectura. También permite jugar con sus emociones, recreando mejor la atmósfera que nos interesa describir en el caso de obras narrativas, y mantiene un equilibrio visual cuando se integran elementos como imágenes o diagramas.